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3/12/2019
Conocí al Señor a los 14 años, hasta ese momento mi vida estaba vacía, confieso que no tenía motivos para vivir y en algún momento pensé en acabar lo que parecía inconcluso... me sentía un accidente. Entonces pasó y lo recuerdo como si fuera ayer, eran los primeros días de agosto de 1998, Él llegó y sacudió el polvo en la dureza de mi corazón. Llegó a mí, aún al recordarlo mi piel se pone de gallina, porque yo tenía nada que ofrecer, en mi corazón sólo había odio, tristeza, desesperanza, sueños que estaba convencido nunca vería realizar…
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