No viví con mi papá desde los 10 años. Quiero contarte parte de mi historia.
Debo confesar que esa separación fracturó algo en mí y mi corazón se llenó furia y amargura.
El rompimiento de la familia tenía una clara justificación, el alcoholismo de mi padre y la violencia que vivimos durante muchos fines de semana en nuestro humilde hogar. Pero mi joven corazón solo supo enojarse y sentir un odio profundo al notar su ausencia.
Fueron años difíciles…
Recientemente una iglesia hizo una pancarta que colocó en un paso peatonal, ese letrero se hizo viral ¿qué tenía escrito? “Papá, te perdono”, esas sencillas palabras robaron miradas de muchos y el video subido en redes sociales con más de 7 millones de vistas y miles de comentarios como estos: “¿Cómo perdonas a alguien que nunca te pidió perdón?”, “no te odio papá, pero espero nunca casarme con un hombre como tú”, “gracias papá, me enseñaste exactamente el hombre que no debo ser”, “papá no te perdono”.
También puedes leer lo que escribí: Una carta para mi papá
Mientras leía los comentarios, no pude evitar que algunas lagrimas salieran de mis ojos, porque recuerdo cómo estaba también mi corazón y comprendo el sentimiento que la “herida paterna” provoca, quizás yo también hubiera escrito algo que transmitiera mi repulsión.
No existe una estadística que lo confirme, pero desde mi experiencia, un alto porcentaje de personas van por la vida con una herida provocada por un padre ausente, y aunque quieras restarle importancia, la falta de una figura paterna afecta nuestra autoestima, nuestra identidad, nuestras decisiones, lo sé porque lo experimenté, yo también sentía miedo al abandono.
Y aunque tengas un nudo en la garganta, te cueste respirar y te encantaría tenerlo frente a ti para decirle todo lo que has logrado sin él, que no lo necesitaste. La verdad es que el enojo que sientes es porque su figura era necesaria, lo amaste y no estuvo, lo necesitaste y estaba ausente, anhelaste un abrazo que nunca llegó, no hubo el te amo que hubiera cambio todo, ni los recursos que tú y tu familia necesitaron.
Así estaba yo, sintiendo como un veneno corría por mi interior, un tóxico que me consumía y no me dejaba ser libre, yo creía que mi padre necesitaba pedir perdón, que el necesitaba cambiar y se lo dije a Dios muchas veces: “Cámbialo” y Dios escuchó mi oración y comenzó a cambiarlo todo, en mi corazón.
El proceso de desintoxicación no fue inmediato, llevó algunos años. Hoy puedo decir que mi padre solo fue un chico herido, que se convirtió en padre y trato de dar lo mejor, pero había en él una herida paterna nunca sanada que lo llevó a repetir un patrón y tomar malas decisiones. Yo rompí ese patrón, me encontré con Jesús y el trajo sanidad a mi corazón, pude perdonar, pude sanar. No te quedes en este círculo doloroso.
También puedes leer lo que escribí: El poder de perdonar
Ahora soy padre y con un corazón sano, les cuento a mis hijos acerca de su abuelo que nunca conocieron, les hablo de cuánto lo amo y él sería feliz conociéndolos, les comparto cómo Jesús trajo sanidad a mi corazón.
No es tarde para ti, hoy es un buen día para comenzar tu proceso de sanidad, vivir con libertad y tener la oportunidad de escribir tu propia historia con un corazón con las motivaciones correctas.
Quero invitarte a hacer algunos pasos que te ayudarán: Primero, reconoce que existe una herida, puedes escribir cómo te sientes. Segundo, entrega tu dolor a Dios y pídele que te guíe en el proceso de sanación. Tercero, busca ayuda con un líder, un mentor que te ayude en el proceso de sanidad.
Ora conmigo: Señor, tú sabes lo que he sufrido, conoces mi corazón y lo que hoy siento. Ayúdame a ser libre, trae sanidad a mi corazón, dame el valor para perdonar y cambia mi historia. Jesús necesito. Amén.
“Sean amables y considerados unos con otros, y perdónense como Dios los ha perdonado a través de Cristo.” Efesios 4:32 PDT.
“Cuando alguien haga algo malo, perdónenlo, así como también el Señor los perdonó a ustedes.” Colosenses 4:13 PDT.
...
Imagínate contando a tus nietos la historia de tu sanidad ¿qué legado quieres dejar?.
📲 Si este mensaje tocó tu corazón, compártelo con alguien que necesite esperanza
Con cariño en Cristo,
Julio Calo
@elblogdejulio
0 Comentarios
¿Qué te pareció este artículo? Deja tu comentario.