En la grabación, la joven (Amanda Todd, de 15 años) lamenta la falta de amigos debido a la polémica, dice: "No tengo a nadie, necesito a alguien".
Tras varios intentos fallidos de suicidio y la publicación del video en YouTube manifestando su tristeza, Todd finalmente se suicidó el 10 de octubre.
Esta es la terrible noticia de una pequeña de 15 años que cometió un terrible error (tener juegos sexuales en la red) algo que le marcó la vida. En esta nota hay muchas cosas por lamentar, pero la que personalmente me marca, es el hecho de que ella necesitaba amigos y debido a su error no tenía. En el vídeo que ella sube a una de las redes dice:
"No tengo a nadie, necesito a alguien".
Esto es un calco de lo que muchas personas deben vivir, jóvenes y adultos que como todos, no están libres de cometer errores y en la mayoría de los casos en lugar de recibir una mano amorosa dispuesta a ayudar, encuentran dedos que señalan y acusan, miradas que irritan y juzgan.
¿Dónde está la iglesia amorosa que Jesús llamó? ¿Dónde están los llamados a compartir las buenas nuevas de salvación? ¿Dónde están los que levantan al caído? Seguramente cerca a esta niña habían muchos que el domingo no faltan a la iglesia y van con la Biblia bajo el brazo, pero fueron incapaces de hacer llegar el mensaje que perdona y restaura, el mensaje de Jesús, no pudieron compartir el AMOR del que tanto predican.
¿Cuánta gente estará cerca nuestro diciendo: NECESITO A ALGUIEN? ¿Cuántos hoy estarán necesitando nuestra amistad? una mano amiga que no señale, sino que con una suave palmada en la espalda le diga: Todo va a estar bien. Ojo, NO HABLO de apoyar el libertinaje, pero si de tomar el ejemplo de Jesús, cuando la multitud le llevo a una mujer acusándola de estar en pecado sexual, todos querían apedrearla, Jesús les reta diciendo: “El que esté libre de pecado que lance la primer piedra” por supuesto que nadie lo hizo, aunque seguramente querían hacerlo. Jesús teniendo la autoridad para señalar solo se limitó a decirle ¿Dónde están los que te condenan? Tampoco yo te condeno, ¡VETE Y NO VUELVAS A PECAR! (Jn 8:4-11).
Es inevitable derramar las lágrimas al ver que una niña decidió acabar con su vida ante la incapacidad de una sociedad que viva de la apariencia pero carece de amor. Nosotros hemos sido llamados para marcar un cambio, es tiempo de actuar, es tiempo de vivir el amor que predicamos. No hemos sido llamados para discriminar, hemos sido escogidos de lo peor del mundo para demostrar a las personas lo que Dios es capaz de hacer, Él perdona, restaura y transforma, es un DIOS DE OPORTUNIDADES.
¡Dejémonos usar por Dios! En el nombre de Jesús salvemos hoy una vida ¡Hoy muchos necesitan conocer el amor que sana corazones!
¡Dejémonos usar por Dios! En el nombre de Jesús salvemos hoy una vida ¡Hoy muchos necesitan conocer el amor que sana corazones!
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