Doña Hilda partía cuidadosamente unas berenjenas, ese día había decidido hacer un platillo fuera de lo normal, quería sorprender a todos en casa con esta cena saludable, la aprendió en un video tutorial.
El pequeño Braulio y su hermana Marisol regresaron de estudiar, ellos tienen entre 8 y 10 años y se acercaron a saludar a mamá que estaba en la cocina, ella no se había percatado de la llegada de los chicos, Braulio se acercó y luego de besarle la mejilla a su madre preguntó: «¿Eso vamos a comer? yo no quiero comer terenjenas, de eso no quiero» su rostro expresaba claramente la desaprobación al platillo que mamá preparaba, pero doña Hilda sonrió y respondió «No lo has probado y se llama berenjena, la nena la comió el otro día donde la abuela ¿Qué te pareció nena?» Marisol respondió rápidamente « ¡Rico!», «¿ves? espérate a que esté cocido, lo pruebas y si no te gusta te comes otra cosa» dijo la madre, el niño con su cabeza decía que no y con sus manos tapaba la boca, «vayan a dejar estas cosas a su cuarto ordenó doña Hilda» pero el pequeño agregó «eso no me va a gustar, parece una esponja ¡Yo no quiero comer esponja!» « ¡Brau! al cuarto, quítate el uniforme y yo los llamo al estar lista la cena».

Hoy puedes encontrarte en una situación fea, desagradable, desesperante, nadie quisiera estar en tus zapatos, pero sabes que si te aferras a Dios, si te aferras a Su Palabra en algún tiempo verás que este momento de tormenta habrá pasado y con la ayuda de Dios estarás en un tiempo mejor.
Nadie quiere sufrir, pero muchas veces es necesario que pasemos por situaciones difíciles que humanamente no entendemos, porque aferrados a su palabra creceremos, aprenderemos y entenderemos que esta prueba servirá para que alcancemos otro nivel.
No te rindas, llora lo que tengas que llorar, pero levántate creyendo a lo que Su Palabra nos dice «Pero ya ves basta con seguir las instrucciones del recetario y un tiempo en el horno son suficientes para transformar algo que no querías comer en algo delicioso».
Dios está en control, no temas.
«Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas. Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca» 1 Pedro 1: 6-7.
«No pierdan, pues, su confianza, porque ella les traerá una gran recompensa. Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir así lo que él ha prometido» Hebreos 10:35-36.
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1 Comentarios
Excelente reflexión, me gustan este tipo de historias que nos hacen ver las cosas de Dios en nuestras vidas de una manera mejor, saludos Julay felicidades
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