Con solo 3 años de edad, mi pequeña Isabella llegó sollozando a mis brazos y dijo “Emma dice que mi vestido se parece al de la señora de los tamales” y se burló de mí. Tengo que confesar que el primer pensamiento que pasó por mi mente fue enseñarle una respuesta aún más cruel para ofender a la “malvada” Emma, pero de inmediato pensé que Emma era muy pequeña para que en su mente pudiera elaborar una frase tan despectiva, seguramente la escuchó de un adulto que vio despectivamente un trabajo honroso y no midió el impacto de sus palabras. " Los adultos les enseñamos a los niños a elogiar o a envidiar. Los adultos les enseñamos a los niños a ser amables o a ser crueles " En ese momento se hizo más clara para mí la importancia del ejemplo que como adultos les damos a los niños. Los adultos les enseñamos a los niños a elogiar o a envidiar. Los adultos les enseñamos a los niños a ser amables o a ser crueles. En fin, TODO lo que hacen y dicen los niños lo han a