Esa mañana Gustavo llegó más temprano de lo normal a la oficina, se sentó, encendió su computadora, volteó a ver el reloj blanco de pared que está a su espalda y pensó: «Todavía hay tiempo para un cafecito» . Sin dudarlo se puso de pie y se encaminó al área de comedor, en su mano llevaba una taza verde que resalta la siguiente leyenda: «Si estás pasando por un infierno, sigue andando» palabras que él sabía fueron dichas por Winston Churchill.