María Elena caminaba por el parque todos los días, lo cruzaba para acortar el camino a casa. El ambiente esa tarde estaba diferente o por lo menos la percepción de ella era diferente, el sol estaba como para sentarse en la vieja banca de madera que tenía frente a ella, así lo hizo, se sentó y sacó de su bolso un libro, cruzo un poco la pierna y comenzó interesada la lectura.