Los post de Keren I Orando por los villanos


A mi pequeña hija le gusta dirigir las oraciones que hacemos en familia, a su papi y a mí nos encanta escuchar su forma tan sencilla de orar y algunas veces también nos saca alguna sonrisa con sus ocurrencias infantiles de pedirle a Dios que bendiga al tenedor, a la mesa, etc.

Cierta noche, antes de acostarse, oró por sus abuelos, por sus primos y así por toda la familia pero incluyó algo más en su oración y dijo: “bendice a los villanos”.  Al principio pensé que era una más de sus ocurrencias y que esa mención tan singular se debía a que uno de sus juegos favoritos es el de los súper héroes.

Pasaron unos días más, unas oraciones más y ella seguía diciendo: “bendice a los villanos”, entonces le pregunté por qué oraba por los villanos, su respuesta me dio una gran lección, ella dijo: “para que los villanos sean buenos”.

Su noble respuesta me dio una gran lección:

En el mundo de los adultos los villanos merecen ser condenados y pagar por sus fechorías.
En el mundo de los niños los villanos merecen ser buenos y gozar de la vida.

Sin duda alguna, el mundo sería mejor si nuestras oraciones por los villanos reemplazaran nuestros deseos de condena.

"El mundo sería mejor si nuestras oraciones por los villanos reemplazaran nuestros deseos de condena"

«Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: —Les aseguro que para entrar en el reino de Dios, ustedes tienen que cambiar su manera de vivir y ser como niños.
Porque en el reino de Dios, las personas más importantes son humildes como este niño».

Mateo 18:2-4 TLA



Artículo escrito por Keren de López

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3 Comentarios

  1. Wooow!
    Y es que sin duda cada día aprendemos de los niños.
    Aparte de tener esa inocencia que nos permiten reflexionar tantas cosas por muy pequeñas que sean. Saludos �� me encantó.

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  2. Muchos piensan que de los niños no se aprende nada, sin saber que ellos también son ejemplos a seguir

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  3. Que excelente enseñanza, que gran ejemplo, los niños, a veces ni son tomados en cuenta pero hay tanta sabiduría en esos pequeños, Dios nos los dió para que veamos lo que nosotros como adultos no alcanzamos a ver...

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