Con solo 3 años de edad, mi pequeña Isabella llegó sollozando a mis brazos y dijo “Emma dice que mi vestido se parece al de la señora de los tamales” y se burló de mí.
Tengo que confesar que el primer pensamiento que pasó por mi mente fue enseñarle una respuesta aún más cruel para ofender a la “malvada” Emma, pero de inmediato pensé que Emma era muy pequeña para que en su mente pudiera elaborar una frase tan despectiva, seguramente la escuchó de un adulto que vio despectivamente un trabajo honroso y no midió el impacto de sus palabras.
"Los adultos les enseñamos a los niños a elogiar o a envidiar. Los adultos les enseñamos a los niños a ser amables o a ser crueles"

Deseo con todo mi corazón que mi pequeña sepa lo valiosa que ella es sin importar lo que tenga o lo que no tenga. Quiero que ella sepa valorar a los demás de la misma forma, sin importar sus riquezas y carencias. Por eso tendré más cuidado de mis palabras y mis acciones porque ella está en primera fila observando, aprendiendo y replicando.
Para terminar la historia, la abracé, la vi a los ojos y le dije “Tú eres valiosa porque Dios te hizo así y lo que te pongas no importa”.
“Que las palabras de mi boca y la meditación
de mi corazón sean de tu agrado,
oh Señor, mi roca y mi redentor.”
Salmos 19:14 (NTV)
Escrito por: Keren Soyoy
3 Comentarios
Gracias que buena enseñanza
ResponderBorrarSuper Lindo, haría lo mismo :) Bendiciones a los 3.
ResponderBorrarEs muy cierto que ellos apreden o hacen todo lo que los padres hacemos
ResponderBorrarNosotros somos su ejemplo
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