Soy Su Hijo: abrazando tu identidad en Cristo | El Blog de Julio


Ya es lunes, el reloj me recuerda que es la 1 de la madrugada, “Gabri” ha pasado un fin de semana con quebrantos de salud y está muy inquieto, no ha dormido (nosotros tampoco a su lado), no quiere comer y el llanto ha sido el reflejo del malestar que siente en su cuerpecito. Como padre, me siento impotente al ver que uno de mis hijos está con quebrantos de salud y que yo no puedo aligerar su carga.


En mi desesperación hago una oración y le digo a mi Padre: “Señor, Gabriel antes de ser mi hijo es tu hijo, obra un milagro en su cuerpo, dale tranquilidad” y puedo sentir en mi corazón una respuesta de mi Padre que me dice: “No he olvidado que es mi hijo, tú tampoco olvides que eres mi hijo”, y no me queda más que llorar de agradecimiento, no soy un cristiano que ora, soy un hijo de Dios que confía en el cuidado de su Padre.


En medio de las dificultades, la presión y la incertidumbre, solemos olvidar quiénes somos y quién es Él, y pareciera que necesitamos recordarle que Él es Dios y nosotros su iglesia, pero hay algo que debe quedar claro este día: No solo eres la iglesia, no solo eres un discípulo, eres un hijo y un hijo no necesita decirle a un Padre que ama, cómo debe cuidarlo, porque el Padre vive para cuidarlo, hace todo lo que está a su alcance para brindarle bienestar.


No importa la edad que tengas o el problema que hoy atravieses, quizás este día solo necesitas recordar y decir con convicción: “Yo sólo sé que soy hijo y Él es mi Padre y mi Padre me ama.”


no necesita decirle a un Padre que ama, cómo debe cuidarlo, porque el Padre vive para cuidarlo

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