Hace muy pocos meses descubrí una pasión, algo que era desconocido hasta esa fecha y que me sorprendió y creo que a mi familia también, hablo de cierto gusto por la jardinería, frecuentemente me verás en casa con guantes para jardinería, podando mi limonar, limpiando y abonando mis flores o cortando la grama.
En una de esas aventuras noté que una pequeña plantita surgió, era una diminuta inquilina con bellas hojas por lo que decidí darle la oportunidad, unas semanas pasaron y brotó de ella una flor hermosa, esto llamó mi atención y entonces me di a la tarea investigar qué tipo de planta era, para mi sorpresa: ¡era maleza!
La maleza o mala hierba pueden considerarse todas aquellas plantas que provocan cambios desfavorables de la vegetación y que afectan el aspecto estético de las áreas de interés a preservar y en este caso que tienen la capacidad de afectar el desarrollo del resto de plantaciones a su alrededor. ¿Sabes qué hice? a pesar de su belleza, tuve que arrancarla de raiz y botarla en la basura, no quería que el resto de mi jardín se viera afectado.
¿Cuántas veces hemos dejado crecer maleza en nuestro corazón y en nuestra vida? me refiero a aquellos malos deseos, odio, pecados ocultos, malos pensamientos, todo aquello que tiene la capacidad de afectar el resto de nuestro ser. Parecen insignificantes, pero tienen demasiado poder sobre el resto de nuestros pensamientos, tienen la capacidad de afectar nuestra disposición de adorar a Dios o de buscarlo con constancia y pasión, sesga nuestra capacidad de notar nuestro propio pecado y nos llena de amargura y falta de humildad.
Parecen insignificantes, pero tienen demasiado poder sobre el resto de nuestros pensamientos
En proverbios, Salomón dice: “Me di una vuelta por el campo del perezoso, y por la viña del torpe. Había maleza por todos lados, y estaba derribada la cerca de piedras.” Habla de personas que han sido negligentes y han dejado que su campo, su vida, su mente se llenen de maleza por todos ¿cómo sabemos que eran negligentes? sencillo, sus cercas estaban derribadas, cualquier pudo llegar, entrar y sembrar maleza en sus campos, no había nada que lo impidiera.
¿Cómo está hoy tu campo, tu jardín, tu vida? Ocupa unos segundas para reflexionar y pregúntate ¿Qué tan pleno estoy viviendo en Dios? ¿Hay en mi corazón alguna maleza que necesita ser quitada? y ora conmigo: “Señor, tú conoces todo de mí, no puedo ocultarte mi corazón y mis pensamientos, Dios mío, crea en mí un corazón limpio. Una vez más quiero ser fiel en mí espíritu. No me alejes de ti; ni me quites tu santo Espíritu. Hazme sentir de nuevo la alegría de tu salvación; y que me sostenga tu Espíritu que me guía, te lo pido en el nombre de Jesús” Amén.
Cuando comprendes que esa mala hierba, por "buena o bonita" que parezca, solo provocará un daño en el resto del jardín, no puedes darte el lujo de dejarla, debe arrancarla. En conclusión, debes evitar que esa maleza sea sembrada en tu corazón, Salomón nos dice: “Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida.” Proverbios 4:23 DHH.
Escrito por Julio Calo.
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1 Comentarios
sobre toda cosa guardada guarda tu CORAZON porque de el mana la vida......
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