No todo está perdido:



Sembré hace un par de años unos pequeños arbustos de Duranta, han crecido, han florecido y han estado en todo su esplendor. Pero por una serie de actividades las descuidé unas semanas y comenzaron a marchitarse, aunque quise recuperarlas de emergencia, las hojas se cayeron y quedaron solamente las ramas. 

Confieso que me entristecí, porque les he invertido tiempo y recursos, estuvieron hermosos y un descuido los arruinó. Una de las primeras ideas que vinieron a mi cabeza fue arrancarlos y plantar unos nuevos, pero quise creer que podría recuperarlos y entonces aboné la tierra y regué aquellas ramas secas como de costumbre, pasaron dos semanas y nada cambiaba.

Para mí sorpresa una mañana veo en aquellas ramas aparentemente secas, unas pequeñas hojitas verdes que comenzaban a brotar y todos los arbustos estaban en el mismo proceso. Ahora mismo están hermosos una vez más y me alegro de no haberlos arrancado.

Esto me hace pensar en mi vida devocional, con “devocional” me refiero al tiempo diario que intencionalmente busco para estar a solas con Dios para orar, adorar y escuchar la voluntad del Padre para mi vida, quisiera decir que siempre se mantiene frondozo ese arbusto devocional, pero la verdad es que las actividades de la vida suelen robar mi atención y muchas veces lo he descuidado, creo que también se han secado mis hojas, pero un amor que no logro comprender en totalidad, sigue regando mi vida, sigue abonándome, porque Él está convencido de que no todo está perdido y aun cuando mis ramas estén secas, en Él tengo la capacidad de reverdecer.

...creo que también se han secado mis hojas, pero un amor que no logro comprender en totalidad, sigue regando mi vida...

¿Cómo están tus ramas hoy? ¿Tienes una vida devocional frondoza o solo tienes un corazón lleno de insatisfacción porque sabe lo que debe hacer, sin embargo, no tiene la disciplina de buscar con prioridad a aquel, el único que tiene la capacidad de vivificarnos? Es que uno sabe con claridad si hay una búsqueda genuina o si solo nos hemos convertido en personas de tradición religiosa, aquellos que creen, que asisten, pero no tienen tiempo para buscarlo a solas.

Hoy es un buen día para reverdecer, no te dejes llevar por tus ramas secas, clama a Dios y verás que pronto habrán hojas verdes en ti ¿tienes 5, 10, 15 minutos? para orar y decir: “Padre te amo y necesito, equivocadamente he estado lejos, pero hoy vengo delante de ti, arrepentido, quiero volver. Lléname de vida una vez más, hazme renacer en ti, háblame a través de tu Palabra, lléname de tu presencia”. Busca tu Biblia y comienza de nuevo, deja que el Señor hable a tu corazón a través de ella y dile: “Señor ¿Con qué canción te gustaría que te adore hoy?”.

»Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el que la cuida. Él corta todas mis ramas que no dan fruto. Poda y limpia cada rama que da fruto para que así produzca más. »Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, producirá mucho fruto, pues separados de mí, ustedes no pueden hacer nada. Pero el que no permanece en mí, será desechado como una rama inútil que se seca. Después se recogerán las ramas secas, se echarán al fuego y se quemarán. Juan 15:1-6 PDT.

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