Un niño soñador:


 

Allí estaba aquella vieja radiograbadora que servía de escenario y los tres pequeños niños subidos en la cama, rodeados por un pato Donald, Mikey Mouse y algunas muñecas que eran parte del público que disfrutaría del gran espectáculo que estaban montando, y era entonces cuando el mayor de los tres tomaba al pato y hacía la presentación esperada: «Señoras y señores, hoy tendremos un espectáculo maravilloso, lo disfrutaremos al máximo, recibamos en nuestro escenario a...» y presentaba a Mikey que hacía playback con alguna de las canciones que sonaban en la emisora favorita, esto terminaba por convertirse en un juego mágico y divertido. Los años han pasado y aquel pequeño niño que jugaba a presentar artistas, que disfrutaba narrar los partidos que se jugaban en la mesa de su comedor y en dónde los protagonistas eran 22 pequeñas figuras de plastilina que el manejaba con sus propias manos, ese pequeño que tenía cuadernos "secretos" en donde escribía fábulas, historias, intentos de libros, chistes que el inventaba y una que otra obra de teatro que luego serían presentadas en pequeños escenarios, ese niño que soñaba con estar un día en reconocidos escenarios dando lo mejor de sí para su público, ese jovencito soñador se convirtió en el hombre que escribe este relato.

No he alcanzado todos los sueños que tuve en mi infancia y tampoco estoy obsesionado con ellos, sin embargo en el camino descubrí que tenía habilidades para ciertas cosas, talentos que eran mucho más fáciles para mí a diferencia de otras personas, también pude observar en qué cosas mis capacidades no eran las adecuadas, cuáles no eran mis potenciales y creo que a muy corta edad comprendí que tenía un don para la comunicación, aunque en una etapa de mi vida luché con mi baja autoestima, cuando tenía que hablar en público me transformaba y surgía el verdadero yo. 

También comprendí que tenía un don de liderazgo, que fue una sorpresa porque yo era de los niños a los que no tomaban en cuenta, era el molestón que los adultos no tomaban en serio; por último, la chispa de creatividad que me llevaba a hacer cosas innovadoras y que se salían un poco de lo rutinario de las actividades que un adolescente realizaba por aquellos años a finales de los 90's. Un querido amigo hace unos meses me dijo: «Julio, vos ya grababas podcast cuando eso aún no existía» y es cierto, éramos un grupo de adolescentes en un área marginal de la ciudad que se reunía en una pequeña sala e improvisaba un pequeño infantil estudio de grabación para dejar en un casete, emocionantes y divertidas historias. No trabajo de lo que estudié, mi vida está ligada a la profesión y carrera de vida que siempre amé, comunicar, liderar y crear, eso no se estudia, viene en el corazón.

Llevó tiempo darme cuenta, pero pude descubrir que estas habilidades no están conmigo por accidente, son herramientas que están a mi alcance para el cumplimiento de mi propósito, la famosa pregunta ¿por qué estoy aquí? se respondía cuando veía mis talentos, también entendí que hay tres cosas esenciales que puedo hacer con ellos:

  • Hacer más famoso el nombre de Jesús y su Reino.
  • Usarlos para ganar mi sustento a través del trabajo honesto.
  • Ayudar a otras personas a crecer, ¿recuerdas a Buster Moon de la película 'Sing'? Era un soñador de primera, pero fracasaba una y otra vez en la puesta en práctica, pero un día uso su talento y se enfocó en ayudar a otros talentosos que tenían sus propias y grandes luchas, él les ayudó a romper paradigmas y juntos alcanzaron el éxito.

Tener estos sueños y habilidades son un regalo maravilloso pero no son cosas que deben permanecer pasivas, debemos activarlas porque también son responsabilidades que debemos asumir con seriedad, porque un día llegará el dueño de lo que nos fue otorgado y preguntará ¿Qué es lo bueno que hiciste con lo que te di? te verá a los ojos y dirá ¿De qué manera multiplicaste lo que puse en tus manos? «A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje» Mateo 25:15 NVI. Todos hemos recibido algo de parte de Dios, esos talentos y habilidades no son casualidades ¿Qué estás haciendo con ellos? Dios da a cada uno según su capacidad de administrar lo recibido, al que mejor administra más le da, en este caso me refiero a las habilidades que te caracterizan, están allí para que los utilices. 

«El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil. Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor» Mateo 25:16-18, por supuesto, también he tenido dudas, miedos, me han cerrado puertas, hubo gente que me dijo que no podría, pero desde niño hubo un fuego en mi corazón y si Dios me dio, lo único que puedo hacer es creer que él se encargará de multiplicar el fruto ¿Cómo demuestro de que estoy convencido de eso? accionando con lo que recibí, si hoy se cierra una puerta, Dios abrirá la correcta pero no puedo quedarme quieto, no me basta con ir y enterrar lo que recibí. 

¿Qué diría tu niño de 10 años si te viera hoy? ¿Qué diría de la persona que hoy eres? ¿estaría satisfecho o te invitaría a perder el miedo? si huiste y metiste en un agujero lo que Dios puso en tus manos, hoy es un buen día para cavar de nuevo y hacer algo valioso con ello, no te canses, disfruta el camino. Muchos sueños del niño ahora son también sueños del hombre que soy, sigo soñando, sigo trabajando y creo que el cielo es el límite.

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