El mensaje de los viernes: ¡Peligro!

El mensaje de los viernes: ¡Peligro!

Alejandro salía casi todas las tardes a jugar en el patio trasero de su casa, su padre había sembrado años atrás un limonar y la grama verde vestía aquel pequeño espacio que servía como área de entrenamiento para que el pequeño niño de 7 años pudiera patear su balón de fútbol.

Después de jugar un poco se sentó sobre el césped y veía con detenimiento la parte superior del muro colindante, era esa pared que dividía su casa de las otras propiedades ¿pero por qué lo veía con detenimiento? Simplemente le llamaba la atención que sobre el muro, en un alambre espigado de protección se veía un pequeño letrero que decía: “¡Peligro!” y figuraba una calavera, este letrero advertía el alto voltaje que protegía la vivienda.


Veía el letrero y movía la cabeza diciendo “no”, luego observaba el piso como reflexionando y repetía el ejercicio, su mamá lo miraba desde la cocina y cuando tuvo la oportunidad de preguntar, le dijo: “Alejandrito, porque veías el muro y decías que no”, el niño puso cara de sorpresa ante la pregunta y no tardó en responder, con la sinceridad que caracteriza a un niño y dijo: “El muro es alto, eso ya es peligroso”, “así es hijito, es un muro alto ¿eso te sorprendió?” preguntó la madre, “No” respondió el inquieto muchacho, “además ese alambre hasta arriba se ve que tiene mucho filo, si alguien se sube podría cortarse”, la madre se vio curiosa ante la postura del niño y dijo: “por eso lo colocamos allí, para evitar que alguien pueda entrar a casa”; Alejandro, respiró profundo y medio cerró los ojos, como gestando un pensamiento mucho más profundo, el cuál de inmediato comunicó: “¿Por qué dice Peligro Alto voltaje?”, la mamá sonrió un poco y dijo: “porque si alguien toca ese alambre, podría morirse por una fuerte descarga eléctrica”, el niño movió la cabeza diciendo que no, "¿Qué pasa Alejandrito?” cuestionó la madre a lo que el niño respondió “yo solo veo la pared que es tan grande y ya tengo miedo, me iría corriendo contigo, no creo que haya alguien que quiero volverse una calavera” e inclinó la cabeza hacia la izquierda, cerró los ojos y sacó la lengua, como indicando que caía muerto.


yo solo veo la pared que es tan grande y ya tengo miedo, me iría corriendo contigo, no creo que haya alguien que quiero volverse una calavera


Parece lógico, el muro es peligroso, el razor con filo es amenazante y la energía eléctrica de protección haría imposible que alguien intente ingresar ¿es lógico, no? Lo mismo podríamos decir del pecado, es peligroso, amenazante y pone en verdadero peligro nuestra vida en esta tierra y nuestra vida eterna, sin embargo, muchas veces decidimos correr el riesgo, como si valiera la pena, aunque todos sabemos cómo terminará, no hay nadie que ignore que “el pecado da como pago la muerte”, quizás nos conviene ser como Alejandro, ver el peligro y alejarse muy lejos.



“El prudente ve el peligro y lo evita; el insensato sigue adelante y recibe el daño.” Proverbios 22:3 PDT.

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