Tanto amor en medio de tanto dolor:

Hace algunos meses vivimos unas de las crisis más grandes que nos ha tocado experimentar como familia. El nacimiento de Gabriel vino acompañado de una semana de incertidumbre, ya que su salud se vio amenazada. Lloramos, oramos con todo, por momentos un fuerte temor se apoderaba de mi corazón, tuve dudas, pero en medio de toda esta crisis, una ola de amor nos abrazó. Oraciones que nos fortalecieron de una manera milagrosa. Hermanos en la fe, amigos y familiares se acercaron y nos recordaron que no estábamos solos y debo confesar que se sintió muy bien.


La iglesia tiene en sus manos un antídoto transformador, no sé si logramos dimensionar el poder que está a nuestro alcance, no como algo que nosotros inventamos, sino como algo que el maestro puso a nuestra disposición para expandir Su Reino de manera estratégica, pero creo que aún no lo comprendemos con claridad.


Nuestra meta es cambiar el mundo y pensamos que tenemos que ser más intelectuales o más agresivos en compartir el mensaje, más creativos y abundar más en entretenimiento o quizás si saturamos las redes sociales con mensajes bíblicos, pero ¿y si tan solo amáramos más?


No hablo de tener empatía, hablo de amor, genuino y perceptible, que no se limita a palabras de consuelo, sino que activamente se refleja a través de la oración y la disposición de servir a otros.


No hablo de tener empatía, hablo de amor.


Esta semana pude ver de nuevo como el amor de la iglesia es capaz de fortalecer, animar y levantar a través de la oración y el servicio, a sus hermanos en la fe que están experimentando tiempos de crisis y dolor. Debo decir que ese amor incondicional es sanador.


Ninguna persona debería de vivir en soledad un tiempo de crisis, no mientras la iglesia del Señor siga en esta tierra. No más hermanos en la fe quedándose solos en medio de sus sufrimientos. La Palabra nos enseña que en la primera iglesia todos “tenían todas las cosas en común”, esas palabras no se limitan solamente a cosas materiales, también incluyen las abstractas como el amor.


Que aún en medio de tanto dolor, sobreabunde el amor del Señor.


Que aún en medio de tanto dolor, sobreabunde el amor.


»Les estoy dando un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ámense tal como yo los amé. 35 Todo el mundo se va a dar cuenta de que ustedes son mis seguidores si se aman los unos a los otros». Juan 13:34-35 PDT.

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1 Comentarios

  1. Anónimo6/14/2024

    Amén 🙌 como necesitamos el amor de Dios en nuestras vidas. Muchas veces sentimos estar luchando solos las batallas del día a día. Y nos cuesta dimensionar el gran amor de Dios porque el dolor nos ciega y un corazón lleno de amor nos consuela y nos recuerda lo importante que somos como hijos amados de Dios

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