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2/03/2025
Ya es lunes, el reloj me recuerda que es la 1 de la madrugada, “Gabri” ha pasado un fin de semana con quebrantos de salud y está muy inquieto, no ha dormido (nosotros tampoco a su lado), no quiere comer y el llanto ha sido el reflejo del malestar que siente en su cuerpecito. Como padre, me siento impotente al ver que uno de mis hijos está con quebrantos de salud y que yo no puedo aligerar su carga. En mi desesperación hago una oración y le digo a mi Padre: “Señor, Gabriel antes de ser mi hijo es tu hijo, obra un milagro en su cuerpo, dale tran…
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