Mamá necesita ayuda:


Tengo miedo de no ser fuerte, tengo miedo de que mi fe no sea tan grande, de no resistir. 

Tengo miedo de mí y no de ti, Señor.

De huir, de escapar, de no ser valiente, de abandonar, de tirar la toalla, de darte la espalda, de culparte, de cuestionarte, de desobedecerte. 

Tengo miedo de no dar la talla, de ser cobarde ante las pruebas, de no resistir al dolor, de no aguantar con las cargas.

Tengo tanto miedo de no poder, de quedarme a medias, de dejar de estirarme, de no llegar a la meta. 

La verdad es que no puedo sola, nunca he podido. 

Antes de conocerte, Señor, quería comerme al mundo, pero el mundo me comió a mí.

Antes de descubrir tu gran amor, pensaba que yo todo lo podía, que no había retos difíciles porque yo era autosuficiente, eso creí, así viví, pero me equivoqué. 

Construí sobre arena, subí cada vez más alto, pero no me fijé que mi escalera estaba puesta sobre una superficie muy frágil que se hundió.

¿Qué puedo hacer? ¿Cómo resuelvo esto? Necesito respuestas, necesito instrucciones, necesito saber qué camino tomar. Correré a buscar ayuda, pondré mis asuntos sobre una roca fuerte, iré a mi refugio.

Señor, dime que no es momento de temer ni de dudar,

Dime que no es tiempo de retraerme, de esconderme, de escapar como lo hacía antes. Dime que no tenga miedo. 

Dime que me enfoque más que nunca, que sueñe más que nunca, que eleve más mi mirada para encontrarme contigo.

Dime que me enfrente al enemigo en oración, que no le permita intimidarme. 

Dime que está vencido, que tú lo pusiste bajo mis pies. 

Dime que mientras más me moleste el devorador, más fuerzas me darás tú y más grande será nuestra victoria. 

Dime que no me enfoque en lo mío, que sirva, que ayude a los demás, que siembre, que atienda a las necesidades de otros. 

Dime que los desafíos son “pan comido” frente a tu gloria, que tú estarás conmigo, que arreglaste todo como siempre, que mi batalla ya está ganada, que ya has enviado ayuda. 

¡Vamos, dime que venceremos! ¡Recuérdamelo una y otra vez! ¡Esto ya está resuelto!

Dime que con esta pequeña piedra venceremos a Goliat, dime que ese gigante desafió tus escuadrones de ángeles, dime que HOY estas dificultades caerán derrotadas.

Dime que has puesto delante de mi una puerta que nadie puede cerrar. 

Vuelve a decirme que vamos a pasar al otro lado de esta tormenta. 

No permitas que olvide que tú ya tienes preparado el buen final de mi hogar. 

Dime que ninguna tormenta que se haya levantado hundirá mi casa. 

Dime que me levante y que resplandezca, pues has llegado tú, mi luz. 

Dime que es tiempo de avanzar.

Señor, recostaré mi cabeza en tu regazo, tú eres mi consuelo, mi resguardo, mi protección y mi tranquilidad. 

Llevo mis cargas a ti porque yo no soy capaz de soportar ese peso tan grande. ¡Necesito tu ayuda!

Solo a tu lado tengo paz, solo contigo estoy bien para cuidar de mis hijos y de de mi hogar. Solo junto a ti puedo decir que me acostaré y dormiré profundamente, que tendré nuevas fuerzas para guiar a mi familia por tus caminos. 

¡Qué diferente y buena es mi vida ahora que te encontré!

Escrito por Jazmine Furlán


Publicar un comentario

5 Comentarios

  1. Anónimo5/09/2022

    Muy lindo

    ResponderBorrar
  2. Anónimo5/09/2022

    que aunque sientas que no puedes!!! Dios nunca nos desampara 😇

    ResponderBorrar
  3. Anónimo5/10/2022

    Lindo, hay mucha realidad en lo que dice. Pero si se puede. El Señor nunca nos abandona.

    ResponderBorrar
  4. Anónimo5/11/2022

    ¡Qué hermoso, me identifiqué mucho! Todas las mamás necesitamos tener ese aliento de esperanza 🥰🥰

    ResponderBorrar
  5. Anónimo5/23/2022

    Que hermosos saber que existen personas que te puedan llenar el alma con tan hermosas palabras. Gracias Jazz por compartirnos 🤗🙏 este bello mensaje

    ResponderBorrar

¿Qué te pareció este artículo? Deja tu comentario.